Víctor Suárez Aragonès
Psicólogo y psicoterapeuta en Barcelona y online
Sobre mí
¿Por qué me dedico a la psicología?
Desde pequeño he sido un niño que ha tenido interés en los demás. Recuerdo pensar que uno de mis mayores hobbies era conocer a otras personas. Como muchos otros, durante mi infancia cambiaba de opinión con frecuencia sobre lo que quería ser de mayor. Pero todas las profesiones por las que tenía algún interés solían tener una cosa en común:
Ayudar a las demás personas.
Al mismo tiempo, la ciencia ha sido un área de conocimiento que me ha despertado mucha curiosidad y me ha ayudo a desarrollar capacidad de análisis. Fue por este motivo por el que, sin tener claro qué carrera escogería, decidí estudiar para acercarme de algún modo al mundo de las ciencias de la salud.
Sin embargo, cuando cumplí 18 años tuve la oportunidad de tomarme un año sabático antes de entrar en la universidad, para colaborar con una organización de ayuda humanitaria lejos de casa. En mi estancia en esta asociación, formé parte de un equipo con personas de diferentes partes del mundo con el que viajamos a lugares en los que podíamos ayudar de distintas formas y crear vínculo con personas en situaciones de vulnerabilidad.
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Esta experiencia intensificó el interés que tenía en acompañar a aquellos que estaban pasando por momentos especialmente difíciles. Pero en ocasiones sentía frustración e impotencia por no saber cuál era la mejor manera en la que podía contribuir. Muchas veces no sabía qué decir o qué hacer ante situaciones con las que nunca había imaginado que alguien podía llegar a vivir. Sabía que acompañarles en su proceso era de utilidad, pero me preguntaba si podía hacer algo más.
En esencia, quería aprender a ayudar de la forma más efectiva.
Así pues, al regresar a casa lo tenía muy claro: quería estudiar psicología. Desde que entré en la universidad he sentido que la psicología clínica es mi vocación. Y 10 años después me encuentro pensando lo mismo. A lo largo del tiempo que me he dedicado a la práctica clínica he agradecido los conocimientos que he podido adquirir mediante mi formación reglada y teórica. No obstante, creo que no hay mejor escuela que el día a día de mi trabajo mediante el contacto con las personas que desean iniciar un tratamiento psicoterapéutico y remediar el dolor que experimentan.
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